La Universidad de Chile enfrenta una dura realidad tras el clásico universitario. Con vistas al crucial duelo próximo frente a Ñublense, el equipo dirigido por Gustavo Álvarez se vio perjudicado al confirmarse las bajas de dos de sus defensores titulares. Esta situación complica aún más las aspiraciones del cuadro laico en la recta final del torneo.
Bajas sensibles en la defensa
Durante el encuentro ante la Universidad Católica, Franco Calderón y Matías Zaldivia fueron amonestados en el primer tiempo, dejando a su equipo sin opciones en un momento crítico. Calderón recibió su primera tarjeta amarilla a los pocos minutos de iniciado el partido, lo que lo llevó a acumular tarjetas y quedar fuera del próximo compromiso. La decisión del árbitro, Cristián Garay, generó controversias debido a su actuación en partidos previos.
La situación empeoró aún más para la defensa de la U cuando, al minuto 25 del partido, también se mostró la tarjeta amarilla a Zaldivia. Este último, que venía de perderse un duelo por Copa Chile frente a Coquimbo, se encontraba al borde de la suspensión y, lamentablemente, también fue sancionado. Su ausencia deja un vacío significativo en la estructura defensiva del equipo.
Opciones en la banca
Ante estas adversidades, el técnico Gustavo Álvarez deberá realizar ajustes tácticos. Las opciones que tiene en la banca incluyen a Emmanuel Ojeda, quien, a pesar de ser un mediocampista, ha desempeñado labores defensivas en partidos anteriores. Por otro lado, Fabricio Formiliano también se perfila como una alternativa, ya que recientemente debutó en el torneo y podría ser clave para fortificar el esquema defensivo.
Con estas significativas ausencias, la U. de Chile deberá encontrar la manera de presentarse competitiva ante un Ñublense que ha demostrado ser un rival complicado. La presión aumenta y el equipo busca desesperadamente puntos que lo mantengan en la lucha por sus objetivos en este campeonato.