La Conmebol anunció la implementación de una nueva normativa para sus torneos en 2025, que restringe la comunicación con los árbitros exclusivamente a los capitanes de los equipos. Esta medida, conocida como "zona de capitanes", tiene como objetivo mejorar el respeto y la conducta dentro del juego, y se aplicará en todas las competiciones organizadas por el ente rector del fútbol sudamericano, incluyendo la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana.
La determinación se hizo oficial mediante un comunicado, donde la Conmebol explicó que la nueva regla busca "fomentar la deportividad y respeto mutuo entre árbitros y capitanes", además de alinearse con las directrices establecidas por la IFAB (International Football Association Board). De esta manera, los capitanes tendrán la responsabilidad de acercarse a los árbitros para realizar reclamos, mientras que sus compañeros deberán mantenerse a una distancia prudente.
Detalles sobre la "zona de capitanes"
Este cambio normativo implica que los capitanes serán los únicos autorizados a interactuar con los árbitros. Sin embargo, deberán hacerlo "con el respeto y la conducta adecuados" para evitar sanciones. En caso de que otros jugadores se acerquen al árbitro sin autorización, recibirán una tarjeta amarilla como penalización. Esta medida busca reducir la presión sobre los árbitros y asegurar que las interacciones sean más ordenadas y respetuosas.
Además, si el capitán del equipo es el portero, será necesario informar al árbitro, antes del lanzamiento de la moneda, quién será el jugador designado para acercarse a él. Esta disposición garantiza que siempre haya claridad sobre quién representa al equipo en las comunicaciones con los árbitros.
Implicaciones para el fútbol sudamericano
La implementación de esta regla puede tener un impacto significativo en la dinámica de los partidos. Con la limitación de los reclamos a los capitanes, se espera que se reduzcan las discusiones entre jugadores y árbitros, lo que podría contribuir a un ambiente más deportivo y controlado en el campo de juego. Además, al establecer un protocolo claro, se busca evitar situaciones de confusión y protestas masivas que a menudo generan tensión y conflictos durante los encuentros.
El cambio también refleja una tendencia global en el fútbol, donde se están tomando medidas para mejorar la relación entre árbitros y jugadores, promoviendo un juego más limpio y respetuoso. La Conmebol espera que estas acciones sean bien recibidas por los hinchas, quienes también juegan un papel crucial en el ambiente de los partidos.