En un giro inesperado en la administración del club Universidad de Chile, Michael Clark saló a aclarar los detalles de su reciente adquisición del control sobre Azul Azul, la sociedad que gestiona al equipo laico. Este anuncio se produce tras la exigencia de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) de transparentar los cambios en la propiedad del club, que han generado controversia y preocupación entre los hinchas.
Detalles de la transacción y justificación legal
Según Clark, el 13 de diciembre adquirió 6.354.981 cuotas del *Fondo de Inversión Privado Tactical Sport, lo que le permitió hacerse con el 90% restante de las acciones que no poseía. El monto total de esta operación ascendió a 5.719.483 dólares, un gasto significativo que ha suscitado interrogantes sobre el origen de los fondos. Sin embargo, Clark argumentó que el fondo no tiene personalidad jurídica propia, lo que justifica la falta de un aviso formal sobre el traspaso a través de un hecho esencial.
En su declaración, Clark enfatizó que el fondo es un patrimonio independiente, creado para generar rendimientos para sus partícipes, y no puede ser considerado como una entidad capaz de adquirir derechos o contraer obligaciones por sí misma. Esta aclaración busca desvirtuar las críticas sobre la falta de transparencia en la operación y reafirmar su compromiso con la legalidad.
Preocupaciones en el entorno futbolístico
La respuesta de Clark fue recibida con escepticismo por parte de algunos miembros del directorio e hinchas. La exdirectora Carolina Coppo expresó su preocupación por la opacidad en las decisiones tomadas por Sartor y ahora por Clark y señaló que esta falta de claridad podría afectar la confianza en la gestión del club. "Es parte de la poca transparencia desde que Sartor llegó al club", afirmó Coppo.
A medida que se desarrollan los acontecimientos, muchos se preguntan cómo esta nueva estructura de propiedad influirá en el futuro del club. La situación financiera de Azul Azul es inestable, especialmente tras la crisis que enfrentó Sartor AGF, lo que añade un nivel adicional de incertidumbre sobre las decisiones estratégicas que tomará Clark como nuevo controlador.