El fútbol chileno enfrenta una nueva controversia tras el comunicado emitido por la ANFP en respuesta al Sindicato de Futbolistas Profesionales (Sifup). Este conflicto surge en un contexto donde la ANFP y los clubes de la Segunda División Profesional habían llegado recientemente a un acuerdo para modificar las bases del torneo, eliminando la polémica regla del Sub 23, en un intento por evitar un paro de jugadores.
La ANFP, en su comunicado, expresó que las amenazas de paro por parte del Sifup son consideradas como "medidas de presión extremas, indebidas y habituales", las cuales son inaceptables. Esta postura se endureció después de que el sindicato mantuviera su amenaza de paralizar el fútbol chileno, a pesar de que se habían realizado avances en las negociaciones.
Descalificaciones y medidas contundentes
El comunicado también mencionó que Luis Marín, tesorero del Sifup, había incurrido en "descalificaciones personales y faltas de respeto", lo que contribuyó a la escalada del conflicto. Ante esta situación, la ANFP, en una reunión con los presidentes de clubes tanto de Primera División como de Ascenso, decidió adoptar medidas contundentes.
"El Directorio de la ANFP se reserva el derecho de iniciar acciones legales contra quienes resulten responsables de las amenazas y descalificaciones permanentes, que sólo buscan generar un desprestigio institucional grave y un daño al fútbol chileno", indicaron las autoridades de la ANFP. Esta declaración muestra la firmeza del ente rector frente a lo que consideran un ataque a la institución.
La ANFP también adelantó que los campeonatos programados para la temporada 2025, que incluyen la Supercopa, la Copa Chile y los Campeonatos Nacionales, se iniciarán "en tiempo y forma de conformidad a lo acordado por el Consejo de Presidentes". Esta afirmación busca tranquilizar a los hinchas y clubes, asegurando que el torneo se llevará a cabo según lo previsto, a pesar de las tensiones actuales.
El conflicto ha dejado al descubierto la complejidad de las relaciones entre los jugadores y la administración del fútbol chileno. La ANFP ha intentado resolver las demandas de los futbolistas, pero las acciones del Sifup han llevado la situación a un punto crítico.