Unión Española y Universidad de Chile debían medirse el pasado lunes en la cuarta fecha de la Liga de Primera, pero el encuentro no se llevó a cabo. La razón de esta suspensión se debió a la mala condición del campo de juego del estadio Santa Laura, además de problemas en las luminarias, que ya habían ocasionado un cambio en el horario del partido.
El defensor de Universidad de Chile, Nicolás Ramírez, fue consultado sobre esta situación y la calificó como "lamentable". En sus declaraciones, Ramírez expresó: "Es lamentable, porque semana a semana nos preparamos con el objetivo de un partido. Que se suspendan los partidos, obviamente como jugador, te llega a incomodar un poco".
El jugador, quien anteriormente defendió a Huachipato, también destacó la dificultad que esto representa en un calendario apretado. "Más sabiendo el caso, que es lo que se nos viene a nosotros, que es el calendario apretado. Empezar a reprogramar, cuando tenemos muchos partidos, torneos muy importantes para nosotros, va a ser más complicado", puntualizó.
Empatía en la reprogramación
Además de los inconvenientes personales, Ramírez hizo un llamado a la empatía en el proceso de reprogramación de los partidos. "Hay que ser muy empático y cuidadoso con la reprogramación, nos va a tocar representar a Chile, no solo a la U", afirmó el defensor. Este comentario resalta la importancia de los compromisos internacionales que tiene el club, además de las competencias locales que deben afrontar.

La situación con el estado del campo de juego no es nueva. En el pasado, el estadio Santa Laura ha enfrentado críticas por la calidad de su césped, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre su idoneidad para albergar encuentros de alta competencia. La falta de mantenimiento adecuado ha sido un tema recurrente entre hinchas y expertos en el fútbol nacional, quienes consideran que estas condiciones pueden afectar el rendimiento de los jugadores y la calidad del espectáculo.
La Liga de Primera, que ha crecido en popularidad y competitividad, se enfrenta a desafíos importantes en términos de infraestructura. La suspensión de partidos no solo afecta a los clubes, sino también a los aficionados que esperan ver a sus equipos en acción. Esta situación plantea la necesidad de mejoras significativas en los estadios y un mayor compromiso por parte de las instituciones para garantizar que se cumplan los estándares necesarios para la práctica del fútbol a nivel profesional.