Un grupo de aviones comerciales tuvo que desviar su rumbo para evitar la lluvia de escombros incandescentes tras la explosión del cohete Starship de SpaceX, de propiedad de Elon Musk, un incidente que ocurrió el jueves durante un ensayo en Boca Chica, Texas. La explosión, que tuvo lugar pocos minutos después del lanzamiento, generó preocupación entre los pasajeros y la tripulación de varios vuelos que transitaban por la zona.
Desvíos y retrasos en vuelos comerciales
Las imágenes captadas desde la cabina de un avión muestran el espectáculo aterrador de los restos voladores, lo que llevó a las aerolíneas a modificar sus trayectorias. Según datos de FlightRadar24, las rutas de varios vuelos sobre el Golfo de México fueron alteradas para esquivar la trayectoria del peligroso material. Además, se reportaron demoras en las salidas de aeropuertos en Miami y Fort Lauderdale, Florida.
La Administración Federal de Aviación (FAA) reguló temporalmente el espacio aéreo alrededor del área afectada, ralentizando y desviando aviones que volaban en cercanía a la zona de caída de los escombros. A pesar de la interrupción, las operaciones aéreas se reanudaron rápidamente tras el evento.
La FAA tiene protocolos establecidos que permiten cerrar el espacio aéreo durante lanzamientos espaciales. Sin embargo, en este caso, se creó una "zona de respuesta a desechos" para proteger a las aeronaves en caso de que el cohete experimentara una falla, lo que efectivamente ocurrió.
Detalles del incidente y reacciones de SpaceX
La explosión del cohete, que había sido diseñado para ser el más poderoso del mundo, se produjo durante su séptimo vuelo de prueba. SpaceX había cargado el lanzador con diez satélites de prueba, buscando demostrar la capacidad de liberar cargas útiles en el espacio. Aunque el impulso inicial del cohete fue exitoso y su propulsor regresó sin problemas al área de lanzamiento, la nave principal no logró completar su misión.
Las últimas comunicaciones de la Starship indicaron que alcanzó una altitud de 90 millas con una velocidad de 13,245 mph antes de que se perdiera contacto. Un portavoz de SpaceX, Dan Huot, comentó que "fue genial ver cómo el propulsor regresó, pero estamos obviamente decepcionados por la nave".
A pesar de la explosión, Elon Musk compartió en su red social X un video del evento con un mensaje optimista: "El éxito es incierto, pero el entretenimiento está garantizado". Esto sugiere que la compañía aún mantiene un enfoque positivo sobre el futuro de sus lanzamientos.
El incidente, con su lluvia de escombros brillantes iluminando el cielo, hizo que muchos se preguntaran sobre la seguridad de los vuelos comerciales en áreas cercanas a lanzamientos espaciales. SpaceX, mientras tanto, planea analizar los datos del vuelo para determinar las causas de la falla y mejorar sus futuros lanzamientos.
El cohete Starship había sido sometido a importantes modificaciones desde su último vuelo de prueba en noviembre de 2022, y se habían realizado mejoras en la torre de captura del propulsor, que había sufrido daños durante un lanzamiento anterior. Musk y su equipo continúan trabajando hacia su objetivo de desarrollar una nave espacial completamente reutilizable que pueda llevar humanos a Marte, con la esperanza de realizar lanzamientos futuros de satélites y eventualmente misiones tripuladas.