Ucrania realizó un ataque sin precedentes al disparar misiles Storm Shadow, suministrados por el Reino Unido, en territorio ruso, específicamente en la región de Kursk, detalló The Sun. Este hecho marcó un hito en el conflicto, ya que se trató de la primera vez que estos misiles fueron utilizados para atacar objetivos dentro del territorio de Rusia.
La decisión de Kiev lleva después de dos hitos: que tanto Estados Unidos como las potencias europeas dieron luz verde para utilizar sus armas para atacar territorio ruso y que Putin flexibilizara el protocolo de uso de armas nucleares. Este accionar demuestra la decisión valiente de Ucrania de profundizar su lucha en contra del sangriento invasor ruso.
Los indetectables Storm Shadow
El ataque se llevó a cabo con hasta 12 misiles lanzados desde un avión ucraniano, según informes. Fragmentos de los misiles fueron encontrados en la aldea de Marine, lo que confirma la efectividad del ataque. Los misiles Storm Shadow son conocidos por su capacidad para evadir sistemas de defensa aérea, lo que los convierte en una herramienta temida por las fuerzas enemigas. Con un costo aproximado de 1.000.000 euros cada uno, estos misiles utilizan tecnología GPS para garantizar una alta precisión en sus impactos y pueden alcanzar velocidades de hasta 985 kilómetros por hora.
La principal característica de estos misiles es que al ser lanzados desde aviones, descienden bruscamente y realizan su trayecto a baja altura, lo que los hace indetectables para la mayoría de los sistemas de defensa y al momento de encontrar su objetivo, levantan vuelo e impactan.
Este ataque se produjo pocos días después de que el presidente estadounidense Joe Biden autorizara el uso de cohetes suministrados por EE. UU. para ser disparados en territorio ruso. La decisión de Biden fue vista como un cambio significativo en la política estadounidense respecto al apoyo militar a Ucrania, lo que permitió a las fuerzas ucranianas llevar la guerra más allá de sus fronteras.
Apoyo total de Reino Unido
El primer ministro británico, Keir Starmer, ya había insinuado que Ucrania podría utilizar los misiles Storm Shadow tras la autorización estadounidense. En respuesta a las advertencias del Kremlin sobre las posibles repercusiones de estos ataques, Starmer reafirmó la necesidad de que Ucrania disponga de los recursos necesarios para continuar su lucha contra el régimen de Putin. "La forma más sencilla de acabar con este conflicto es que Rusia detenga la agresión y lo haga hoy", declaró Starmer.
Sin embargo, las advertencias rusas no se hicieron esperar. El presidente Vladimir Putin había previamente señalado que cualquier ataque ucraniano dentro de Rusia con armas occidentales podría interpretarse como una declaración de guerra por parte de la OTAN. La situación se tornó aún más tensa cuando se supo que Rusia había reforzado sus defensas en la región de Kursk con la llegada de 12.000 tropas norcoreanas, lo que refleja su preocupación ante el avance ucraniano.
El Kremlin respondió a estos hechos advirtiendo que reaccionaría "en consecuencia" si se utilizaban armas suministradas por EEUU u otro integrante de la OTAN para atacar territorio ruso. Estas tensiones han llevado a un aumento en el despliegue militar ruso y a una escalada del conflicto.
BREAKING:
— Visegrád 24 (@visegrad24) November 20, 2024
Reports of Ukraine firing up to 12 British Stormshadow missiles against Russian and North Korean soldiers in the Kursk region of Russia.
After y-day’s strike with US-donated ATACMS, British long-range cruise missiles are now also hitting Russian territory
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El impacto de los Storm Shadow
El uso de los misiles Storm Shadow representa un cambio estratégico significativo para Ucrania. Hasta ahora, estos misiles habían sido utilizados principalmente contra objetivos dentro del territorio ucraniano y en Crimea ocupada. Sin embargo, su despliegue dentro de Rusia podría cambiar las dinámicas del conflicto al permitir a Ucrania atacar instalaciones militares clave y centros logísticos rusos, explicó The Sun.
Analistas militares han señalado que este tipo de ataques podría aumentar la presión sobre las fuerzas rusas y dificultar su capacidad para llevar a cabo operaciones ofensivas. A pesar del riesgo elevado de escalada, muchos en Occidente ven este desarrollo como una oportunidad para debilitar significativamente las capacidades militares rusas.